Muchos países de todo el mundo han comenzado una reapertura gradual de la vida pública en un intento por recuperar la normalidad en las vidas de sus habitantes y reducir el impacto económico de la pandemia mundial de COVID-19.
En Corea del Sur, se ha reanudado el béisbol, aunque la temporada comenzó con cinco semanas de retraso, y los equipos juegan sus partidos con gradas vacías provistas de fotos de aficionados con tapabocas.
Debido a las restricciones concretas aplicadas y a que las que se están levantando varían ampliamente en todo el mundo, a las bibliotecas les cuesta determinar el mejor modo de proceder para reanudar con seguridad la prestación de servicios a sus comunidades. La Australian Library and Information Association (Asociación Australiana de Bibliotecas e Información) lo resume a la perfección: «La reapertura no significará volver a la forma en que eran las cosas antes de la COVID-19, sino que supondrá poner en marcha el enfoque de “nueva normalidad” de los servicios de las bibliotecas».
Las bibliotecas no son «de bajo riesgo»
Tras la presión de los bibliotecarios, el 20 de abril, la Johns Hopkins modificó su informe publicado con anterioridad en el que clasificaba inicialmente la reapertura de las bibliotecas como «de bajo riesgo». «Existe la percepción de que las bibliotecas siguen siendo esos templos de conocimiento silenciosos y austeros, pero no cabe duda de que nos hemos convertido en centros comunitarios y lugares de reunión», afirmó Peter Coyl, director de la Biblioteca Pública de Montclair en Nueva Jersey, en un reciente artículo de Forbes acerca del cambio.
Esto no ha sorprendido a los bibliotecarios, quienes vieron positivamente la adición al informe de la Johns Hopkins que afirma que «las bibliotecas que incorporan actividades sociales o reuniones comunitarias a sus servicios deben enmarcarse en la categoría de “centros comunitarios”», una categoría que se considera de riesgo medio a alto, similar a los restaurantes y establecimientos minoristas.

En Alemania, la Biblioteca Pública de Bremen celebró una rueda de prensa con su directora ejecutiva, Barbara Lison, y la viceministra de Cultura, Carmen Emigholz, sobre la reapertura de la biblioteca.
Recogida remota o en la acera
Muchos restaurantes han seguido atendiendo a sus clientes durante la pandemia al ofrecer recogida en la acera de pedidos realizados por Internet o por teléfono. La mayoría de bibliotecas han suspendido todos os préstamos de artículos físicos, a menudo fortaleciendo sus colecciones digitales para llenar ese vacío. Sin embargo, algunas bibliotecas han ofrecido recogida en la acera y muchas están considerándolo como una primera fase de la reapertura.
En Columbia Británica, la Biblioteca Pública de Vancouver permite a los usuarios programar una hora para recoger los libros en espera. Los usuarios muestran su identificación a través de una ventana, luego retroceden más allá de 1,8 metros mientras el personal de la biblioteca deja una bolsa con los materiales solicitados fuera de la puerta para que el usuario la recoja. Cuando los materiales se devuelven mediante el buzón de devolución de libros, los miembros del personal los dejan sin tocar durante 72 horas como medida de seguridad.
Por supuesto, cada biblioteca tendrá que tomar las decisiones que mejor se adapten a sus circunstancias particulares, pero la bibliotecaria australiana Jane Cowell ha publicado un artículo con consejos claves para las bibliotecas que ofrecen servicios limitados durante la pandemia.
Además, las soluciones remotas de recogida de libros en espera reducen aún más el contacto entre el usuario y el personal, al mismo tiempo que siguen brindando acceso a materiales físicos de la biblioteca. La Biblioteca de la Ciudad Metropolitana de Ulsan en Corea del Sur ha estado utilizando remoteLockers de bibliotheca para proporcionar acceso a materiales físicos durante la pandemia. Un estudiante universitario de Ulsan ha compartido un encantador post de su experiencia usando el servicio en su blog personal.
La Biblioteca Pública de Mokpo, en Corea del Sur, empezó a ofrecer recogida nocturna de materiales a través de remoteLockers en enero, justo antes del comienzo de la crisis de COVID-19. «Permite que la biblioteca llegue a más gente local y… contribuye a la expansión de la población lectora en la comunidad y a la construcción de una ciudad lectora de libros», dice su director Cheol-rock Oh.
Reapertura por fases de los edificios de las bibliotecas
La continua preocupación por el distanciamiento social implica que pasará un tiempo hasta que las bibliotecas vuelvan a ser esos bulliciosos centros de actividad comunitaria, llenos de niños en sesiones de cuentacuentos, clubes de lectura y grupos de estudio. Aun así, dado que algunos negocios comienzan a reabrir con una capacidad limitada, puede que sea útil para las bibliotecas tomar como referencia algunas ideas de estos negocios mientras determinan su propio proceso para un enfoque por fases.
Los minoristas están usando dispensadores de turnos o tecnología de conteo de personas para garantizar que no sobrepasan una capacidad segura, al tiempo que utilizan marcas en el suelo para ayudar a las personas que esperan en la fila a mantener una distancia de seguridad entre sí. En la Biblioteca Pública de Bremen (Alemania), que volvió a abrir sus puertas el 4 de mayo, se están adoptando medidas similares.


Dentro de los establecimientos, se han definido pasillos para el tráfico en un único sentido mediante la señalización tanto en los extremos de los pasillos como en el suelo. Los restaurantes y las cafeterías se están retirando mobiliario o pegándolo con cinta para que los clientes se sienten a una distancia de seguridad entre sí.
En China, donde algunas bibliotecas han comenzado la reapertura al público, se están adoptando prácticas similares. En la Biblioteca Pública de Shanghái, los usuarios utilizan la cuenta de WeChat de la biblioteca para reservar una hora para el préstamo de materiales. Las visitas se limitan a un máximo de una hora, y los usuarios no pueden sentarse ni leer en la biblioteca. Solamente se permite el préstamo de los materiales de la colección general de la primera planta y la zona infantil aún no está abierta. Dentro de la biblioteca, se han establecido distintas rutas para el préstamo y la devolución de artículos.
En Alemania, las bibliotecas están abriendo según la decisión de cada estado. En algunos se controla el número de usuarios dentro de la biblioteca exigiendo a todos los usuarios (incluso los niños) que utilicen canastas independientes. Hay un número limitado de canastas y esto permite al personal comprobar en un vistazo cuántos usuarios hay dentro de la biblioteca. Las zonas infantiles y los espacios de reunión en grupo están cerrados, y se ha retirado todo el mobiliario para sentarse. Se alienta a los usuarios a que limiten las visitas a 20 minutos (aunque esto puede variar según la biblioteca) y las instalaciones solamente están abiertas para el préstamo y la devolución de artículos.
La Australian Library and Information Association (Asociación Australiana de Bibliotecas e Información) ha publicado una cartilla de verificación de gran ayuda que detalla una respuesta gradual y bien elaborada para la reapertura que probablemente resulte de gran utilidad para todas las bibliotecas, independientemente de su ubicación.
Protección del personal y de los usuarios
Obviamente, un primer paso para la protección de la salud y el bienestar del personal y los usuarios es evitar el contacto con las personas que ya están enfermas. En Asia se están utilizando ampliamente cuestionarios de salud y controles de la temperatura para examinar a los visitantes antes de permitir su entrada a los establecimientos. Las normas sociales varían mucho en todo el mundo, y las bibliotecas deberán tener en cuenta los niveles de tolerancia de sus propias comunidades. Sin embargo, incluso en los Estados Unidos, algunos negocios están exigiendo controles de temperatura y EPP para los visitantes.
Una vez dentro de la biblioteca, hay que tener cuidado de limitar el contacto entre el personal y los usuarios. Además de dotar de tapabocas y guantes al personal, algunas instituciones están tomando precauciones adicionales. En Brandemburgo (Alemania), las directrices de la Asociación de Museos de Brandemburgo incluyen la instalación de protectores en plexiglás para las taquillas, la provisión de desinfectante para el personal, el uso de tarjetas de crédito en lugar de efectivo y la limpieza regular de las instalaciones. La Asociación de Bibliotecas de Alemania ha publicado unas recomendaciones para la reapertura de las bibliotecas, al igual que ha hecho un grupo interasociativo de bibliotecarios en Francia.


Sin embargo, a diferencia de los restaurantes y los museos, que tienen que desinfectar un número limitado de artículos de alto contacto, las bibliotecas deben lidiar con miles de materiales, muchos de los cuales no se pueden limpiar simplemente con un desinfectante. En China, muchas bibliotecas están usando desinfectantes UV para desinfectar los materiales después de su devolución. En otras partes del mundo, las bibliotecas están elaborando sus propios protocolos; algunas con varios buzones de devolución de libros están utilizando uno por día y luego llevando a la estantería los materiales tras un período de espera de 72 horas. Otras están configurando sus sistemas AMH para entregar los artículos devueltos a las canastas, donde los materiales permanecen durante un periodo de tres días antes de ser manipulados. Las directrices francesas también recomiendan una cuarentena de tres días para los materiales de papel y cartón, así como una cuarentena de 10 días para aquellos con cubiertas de plástico.
La Biblioteca Pública de Bremen en Alemania se ha asociado con una compañía de teatro local para crear espacios de trabajo protegidos con plexiglás para el personal. Por medio de este creativo acuerdo, la biblioteca solo paga por los materiales, mientras que el teatro proporciona la mano de obra como parte de una asociación colaborativa.
Las bibliotecas con soluciones de devolución automatizadas pueden garantizar que las devoluciones se actualizan de inmediato en las cuentas de los usuarios, lo que permite a estos evitar penalizaciones o superar los límites máximos de préstamo mientras esperan que los materiales sean seguros de tocar.
El autoservicio y el servicio sin contacto es más importante que nunca
Antes de la COVID, el 73 % de los compradores prefería realizar sus transacciones mediante el autoservicio. Desde que comenzó la pandemia, el 87 % de los consumidores prefiere comprar en tiendas con opciones de autoservicio o de servicio sin contacto.
Aunque la amenaza de este particular virus acabará, no cabe duda de que tendrá un impacto permanente en la percepción de las personas acerca de la seguridad y las preferencias por un contacto limitado. A raíz del COVID-19, las tecnologías de autoservicio de las bibliotecas serán más importantes que nunca.
Para reducir el riego del personal y los usuarios, las bibliotecas deben alentar a los usuarios para que realicen los préstamos y las devoluciones de artículos mediante los quioscos de autoservicio siempre que estén disponibles, lo que elimina la necesidad de una interacción humana innecesaria. Las estaciones de desinfección de manos en los puestos de autopréstamo pueden reducir la contaminación de las superficies. Sin embargo, los selfChecks de bibliotheca se pueden configurar con facilidad para ofrecer una experiencia completamente sin contacto. Además, los usuarios pueden realizar el préstamo de materiales directamente desde sus propios dispositivos móviles con cloudLibrary, lo que reduce el miedo o la ansiedad de los usuarios en las bibliotecas.
El futuro de las bibliotecas es la unión de lo físico y lo digital
Sobra decir que los bibliotecarios y el personal de las bibliotecas han mostrado una notable fortaleza, creatividad y capacidad de adaptación durante esta crisis. Sin el beneficio de edificios y materiales físicos, las bibliotecas han seguido atendiendo a sus comunidades ofreciendo colecciones digitales, clubes de lectura por videoconferencia, sesiones de cuentacuentos grabadas y emitidas, seminarios web y consultas en línea.
A medida que las bibliotecas de todo el mundo empiecen a reabrir sus puertas, no cabe duda de que estas nuevas formas virtuales de conexión y comunicación tendrán un papel cada vez más importante en el panorama de las bibliotecas.
Aunque los usuarios se están adaptando rápidamente a los entornos virtuales de vida y trabajo, siguen anhelando las conexiones humanas y las experiencias personales familiares. Las bibliotecas deben atraer a los usuarios con servicios que sean duales entre físicos y digitales. bibliotheca espera asociarse con bibliotecas de todo el mundo y ayudarlas a convertir esta alteración en una oportunidad para reinventar el uso futuro de sus bibliotecas.
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